Que crezca la leche y brote del cazo.





sábado, 26 de febrero de 2011

(sín título)

Universo de piedras
es tu nombre
que flotan en el espacio
como piedras.

Montaña móvil
que pasa
transformando
el horizonte impermeable.

miércoles, 23 de febrero de 2011

A veces levantábamos ciudades

Pero piernas y brazos
labios y vientres juntos confundidos
tuvieron el amor, lo descubrieron
desterrado en las sábanas un día
más viejo cada vez y preguntando
por qué la edad del mar
se parece a los pechos que respiran.
--Luís García Montero--


A veces levantábamos ciudades

El rostro latía
bajo el cristal
en los hombros
olvidado.

Exploración juvenil
de las ciudades
en la cama.

Ombligo.
Mano.
Boca.

De repente
se deshace
todo.

Casas sin calle
pasillos sin paredes.

Cae el mundo sobre la nada y retumba.
Todo se deshace, se esparce por el bosque.

Yo trópico de invierno, tierra para un nuevo ganado.
Tu pecho
estalla
en rojos.
Y bañistas
han encontrado su hogar entre nosotros.

Se sube la persiana
hecha ya horas.

Y el hombre.
Sale del río.
Sale del agua.
Mojado.

martes, 15 de febrero de 2011

La caja de los muertos

Paralizada frente a la puerta de tu casa, con un conejo muerto en cada mano, esperé a que amaneciera.
Al final, cogiendo los dos conejos muertos con una de mis manos, pulsé el timbre.
Nadie contestó.
No estabas.

Todo esto para nada.

Recitales

lunes, 14 de febrero de 2011

Para que anides

Las casas son de cartón
y el mundo lo hicieron para nosotros sólo de sábados.
Tu pecho dorado sopla fuerte llamándome. Yo te estoy esperando con cuchillo y tenedor, paralizada en el centro del campo de batalla, rezándole a tu mirada que me haga eterna.
Eres el festín de mi carne, y entre los dos esta noche arbolada casi resulta mortal.

He encontrado maíz fresco en el asfalto y hay de sobra para dos.

Hoy, abrazo treinta y cuatro voces y dos descubrimientos, enrollo el camino y lo guardo en la maleta.
Ahora sólo ando entre aves y rocas, entre el rojo y el verde, entre el sueño y un temblor, entre el hambre y la silenciosa sed.

Andando dormida,

ola en llamas,

te hago un hueco en mi carne

para que anides.