Que crezca la leche y brote del cazo.





jueves, 18 de noviembre de 2010

El hombre barco

Ha llegado una plaga de serpientes a mi cuerpo.
Me registran,
buscan al hombre barco.

Hiedra amarilla sigue naciendo de los restos
y las rocas vuelven a temblar.

Rumores de la infancia se estancan y miran desafiantes,
así que hoy, la eternidad es mi única guarida.

Mañana una lluvia de humo hará crecer la llama cotidiana,
el río seco arderá,
los perros galoparán hasta romperse
y con las horas se irán deshaciendo las riberas, los montes y los cielos.

No llegarán,
no llegarán los vientos del norte, gritó el hombre barco.

Pero mis piernas esperan.
Todo está en calma.